En el claro del bosque, bajo un árbol viejo había dos jóvenes, un chico y una chica. Embriagados por el placer de su pasión, se besaban con besos que encendían su alma; mientras una suave lluvia empezó a descender. Ella estaba sobre él llevada por su lujuria, estaba desnuda al igual que el. Las gotas de lluvia de posaron en la hojas del árbol, por poco tiempo, después, se precipitaron hacia la pareja ardiente, pasando así de la vejez a la juventud. Las primeras gotas rozaron la piel de ella, erizando su piel, haciéndole sentir mas emociones. El la hizo rodar hacia un lado y se puso encima